уторак, 13. октобар 2015.
On 12:27 by Unknown in dia de la madre, especial, gente, lu lopilato, luisana lopilato, tapa de gente
Embarazada de seis meses –“más segura, más plena y más conectada a mis deseos”– cuenta cómo será la llegada de su segundo hijo con Michael Bublé (40). Por qué decidió que dará a luz en Canadá. Las reacciones de Noah (2). Los tratamientos especiales para cuidar la figura. Y sus claves íntimas para mantener hot la pareja: “Mike y yo sabemos cómo sorprendernos todos los días”.
De diecisiete a diecinueve. Ese es el tiempo para esta producción, que “no debe ser la típica sesión de famosa embarazada”. El primer requisito tal vez tenga que ver con el vicio de una vida muy road-movie: “Realmente me angustia perder un instante en la vida de mi hijo”.
El segundo, con una sensación estrictamente personal e indescifrable: “Siempre me incomodó ver esas fotos en las que muestran y acarician sus panzas”.
La cita se acomodó a favor de un control médico, el último nacional antes del parto. Luisana Lopilato (28) se excusa, “¡Perdón! Detesto la impuntualidad”.
Como si la rush hour citadina no hubiese sido suficiente, el belgranense al que consultó por un atajo invitó a gritos a los vecinos de la cuadra a hacerse una selfie con ella.
Entre sorbos de té de miel y especias impronunciables, atiende su iPhone. En fluido inglés –idioma en el que hasta sueña, “¡un gran síntoma de superación!”–, tilda ítems en conversación con su marido (Michael Bublé, 40): “¿Noah ya comió? ¿Qué? ¿Cuánto? ¿Tiene el pijama puesto? ¡No olvides que hoy mi familia cena en casa! Bye honey”.
–Y pensar que antes de casarte con una estrella internacional (2011), no sabías qué sería de tu vida…
–…¡Y mirá qué bien nos complementamos!
–…¡Y mirá qué bien nos complementamos!
–Ya lo creo. Administrás tres casas (El Tigre, Vancouver y Los Angeles) y hasta llegaste a ser figura de Hollywood…
–¡Sin embargo, mi foco está acá! (señala su celular). Mi vida siempre fue intensa, desde muy chica enfrenté una carrera exigente y después, mudanzas y desarraigos, pero siento que me convertí en una mujer madura recién con la llegada de Noah. No cualquiera está apto para ser padre, debe tenerse la cabeza muy preparada. La responsabilidad de una vida a cargo redimensiona muchos otros aspectos de la vida… Bueno, y te desestabiliza algunos otros (suelta con gracia).
–¡Sin embargo, mi foco está acá! (señala su celular). Mi vida siempre fue intensa, desde muy chica enfrenté una carrera exigente y después, mudanzas y desarraigos, pero siento que me convertí en una mujer madura recién con la llegada de Noah. No cualquiera está apto para ser padre, debe tenerse la cabeza muy preparada. La responsabilidad de una vida a cargo redimensiona muchos otros aspectos de la vida… Bueno, y te desestabiliza algunos otros (suelta con gracia).
–¿Cuáles son esos flancos débiles?
–(Se ríe) Hace unos días le consulté a una amiga que tiene tres chicos: “¿Cuándo se relaja una?”. Soy una mamá demasiado arriba, incapaz de salir de casa sin saber qué será de la vida de mi hijo mientras esté afuera: le organizo actividades, chequeo su menú y llamo a cada hora para preguntar hasta si fue al baño. Y todavía no sé que es dormir una noche entera: me sobresalto en mitad de la madrugada para espiarlo por la camarita. Pero lo que más me cuesta es poner límites. Mike me llama “pudding on hands” (budín en las manos), porque me derrito fácil: no puedo retar ni prohibir.
–(Se ríe) Hace unos días le consulté a una amiga que tiene tres chicos: “¿Cuándo se relaja una?”. Soy una mamá demasiado arriba, incapaz de salir de casa sin saber qué será de la vida de mi hijo mientras esté afuera: le organizo actividades, chequeo su menú y llamo a cada hora para preguntar hasta si fue al baño. Y todavía no sé que es dormir una noche entera: me sobresalto en mitad de la madrugada para espiarlo por la camarita. Pero lo que más me cuesta es poner límites. Mike me llama “pudding on hands” (budín en las manos), porque me derrito fácil: no puedo retar ni prohibir.
Leé la nota completa en la edición impresa de Gente.
Por Sebastián Soldano. Fotos: Santiago Turienzo y Archivo Atlántida.
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UNA CARRERA IMPARABLE
Luisana Loreley Lopilato nació en Buenos Aires un 18 de mayo de 1987, desde sus primeros años de edad sintió que su vocación era la de actuar, bailar y cantar. Dueña de una belleza única y con una mezcla de chica de barrio y nena inocente con un gran talento actoral, logró desde muy pequeña hacerse un nombre en la televisión argentina. Su carrera comenzó desde muy chica por el año 1992 haciendo comerciales, desfiles y producciones de fotos para marcas muy importantes para chicos. Su primera aparición en la pantalla grande fue con un papel en la película “Un amor en Moisés Ville” (1997). En 1999 de la mano de la productora Cris Morena, siendo apenas una niña queda seleccionada para ser parte del elenco de la tira televisiva “Chiquititas,” a partir de ese momento su vida daría un giro importante.
Camino al estrellato
En el año 2000 continuó con el éxito de Chiquititas. Al año siguiente forma parte no solo del nuevo año televisivo Chiquititas si no que también del elenco de la película “Chiquititas, Rincón de luz” filmada en Villa la Angostura. En 2002, paso de niña a adolescente y, otra vez de la mano de Cris Morena, se transformó en una de las protagonistas de “Rebelde Way”. Así llegó la gran explosión de Luisana tanto en su rol de actriz como en el de cantante, ya que del argumento de la tira nace la banda Erreway, que tiene a Luisana entre sus miembros. Erreway le permitió a Luisana grabar tres discos y recorrer el mundo, de esta manera consiguió que su fama trascienda las fronteras de Argentina. Al igual que pasó con “Chiquititas”, “Rebelde Way” tuvo su versión en cine, llamada “Rebelde Way, Cuatro caminos” (2004). El éxito en “Rebelde Way” la introduce en el mundo de la moda, donde Luisana empieza a ser solicitada por las principales revistas y marcas de ropa.